viernes, 24 de agosto de 2007

Yo te llamo... (no lo haré)

Cuando acabas una cita... ¿que haces?
No hay que ser experimentado para saber que el teléfono jugará un papel importante desde esa despedida hasta la próxima cita.

Normalmente se suele terminar una linda cita con el clásico (pero muy efectivo) "Yo te llamo", de ese momento crucial depende mucho del futuro de los dos. Un rechazo puede ser definitivo. El teléfono será el cupido que los juntará cuando las distancias físicas crean haberlos derrotado, será el vengador de aquellos que vieron su cita frustrada por algún evento repentino (las llamadas de "mamá" qué, importunas, interrumpen tu floro shakesperiano).

Pero, y si uno no lo dice?. Entiendo tu cara de extrañeza al leer esto. No lo dice? ¿De que estás hablando? Parecerá que el sentido mismo de la despedida pierde sentido. Ese es mi caso, yo detesto el teléfono. Y también claro al celular, No obstante con este tengo un relación mas llevadera. Mi celular no sólo sirve para llamar. Sirve de reloj, despertador, agenda, cámara. Eso sin contar los servicios que te presta a bajo costo (juegos, calculadora, altavoz, mensajes de texto). Pero el teléfono NO!, y no es que me incomode que no sea tan versátil como su "primo" el celular, sino porque no soporto hablar con alguien sin verle la cara, los gestos, la presencia corporal, etc, etc. Lo intento pero cada vez sale peor, por eso tomé la decisión de no llamar si puedo evitarlo todo momento que me sea posible. No quiero que me malinterpreten, yo no tengo problema con llamar para que me traigan una pizza, o para preguntar sobre algo que me importe. Pero llamar a una chica es algo que no puedo soportar, no puedo hablar naturalmente, pierdo espontaneidad, carisma o como quieran llamarlo.

Esta entrada no es un critica al inventor del teléfono, ni mucho menos una critica a la cultura que tiene por costumbre llamarse mutuamente como muestra de afecto, en lugar de visitarse. Esta entrada es el triste lamento de aquellos que prefieren la conversación real a la del teléfono, que están cansados de que cuando hablan por teléfono no entiendan lo que uno dice, que les digan "suenas diferente por teléfono", en fin! que se ven forzados a evitar los teléfonos, o que lo piensan dos veces antes de contestar una llamada.
No se si sea el único en esta campaña pero me gustaría saber si soy el único que le teme a las llamadas. ¿Lo soy?

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